
Vejer de la Frontera, Cádiz
Es un pueblo blanco andaluz con un encanto especial, situado sobre una colina a unos 200 metros de altitud, en la provincia de Cádiz. Desde lo lejos, parece suspendido entre el cielo y la tierra, con sus casas encaladas brillando bajo el sol y rodeado de un paisaje de olivares, huertas y campos abiertos que descienden hacia el Atlántico.
El corazón de Vejer es un laberinto de calles estrechas, empedradas y serpenteantes, que parecen llevarte en un viaje al pasado. Las casas son completamente blancas, muchas decoradas con macetas de geranios, buganvillas y jazmines. El pueblo ha sabido conservar su arquitectura tradicional, reflejo de la herencia árabe que dominó la zona durante más de cinco siglos.
Vejer aún conserva gran parte de su muralla medieval y varias de sus puertas originales, como el Arco de la Segur, el Castillo que es una fortaleza del siglo X desde la que se obtienen vistas privilegiadas del entorno. La Iglesia del Divino Salvador, construida sobre una antigua mezquita, mezcla estilos mudéjar y gótico y los Patios interiores.
Muchos hogares y edificios históricos tienen patios típicos andaluces, frescos, floridos y llenos de vida.
Desde distintos puntos del pueblo se tienen vistas panorámicas del valle del Barbate, de campos ondulados e incluso del océano Atlántico en los días claros. La cercanía a playas vírgenes como El Palmar y Los Caños de Meca.