Altar de Muertos
La vida y la muerte son un misterio que las diversas culturas del mundo han abordado, cada una su manera.
El día de muertos es un claro ejemplo de sincretismo, de la fusión de dos culturas: la mesoamericana y los rituales de la tradición católica, llevada a México por los españoles en el siglo XVI. Por lo que comparte tanto raíces prehispánicas como occidentales, entrelaza la diversidad de imaginarios de ambas cosmovisiones y se ha convertido en uno de los rasgos esenciales de la identidad mexicana.
Se trata de una tradición central que celebra el regreso temporal de los familiares y seres queridos difuntos. De esta manera simboliza el encuentro entre los vivos y los muertos. Los indígenas trasladaron la veneración de sus muertos al calendario cristiano, lo cual coincidía con el fin del ciclo agrícola del maíz, su principal alimento. Por eso se festeja el 2 de noviembre, un día después de todos los santos.
Durante esta celebración, la tristeza y la nostalgia se convierten en gozo, recuerdo, cariño y memoria de los seres queridos; una actitud que explora el vasto territorio de los insondable, prefiriendo, el movimiento y la luz sobre lo oscuro y lo yerto. De esta manera, son raros, antepasados y amigos fallecidos, de una manera colorida, festiva y amorosa.
Esta festividad fue declarada patrimonio mundial, inmaterial por la Unesco en 2003 . Los altares de muertos se instalan a lo largo y ancho de todo, México.
La fotografías que se ven a continuación son del Altar de Muertos del Parque del Retiro de Madrid instalado en la montaña artificial en Octubre de 2024.